En verano, la fruta es un aliado perfecto. Con el sol y el calor acechando nuestro día a día, comer alimentos que nos refresquen se convierte en una prioridad clave. Y es que pese a la tregua dada los últimos días, aún quedan semanas de altas temperaturas.
En este caso, es importante que mantengas tu cuerpo bien hidratado y que sigas una dieta saludable. Por ello, hoy recordamos las numerosas propiedades de la gran joya de la corona del verano: la sandía.
Si hablamos de fruta y de verano, la sandía se lleva la palma. Este producto es uno de los más populares en esta época del año, ya que la facilidad que ofrece para ser comida la convierte en un alimento estrella. Tanto para pequeños como para mayores, la sandía es una fruta ideal.
Sin embargo, no solo su suave textura y su agradable sabor la convierten en la reina, la sandía también aporta numerosos beneficios nutricionales. ¡Toma nota!
Por un lado, su elevado aporte de agua, la convierte en una fuente de hidratación clave. Tanto es así que dos buenas tajadas de sandía suplen a un vaso de agua. Ten en cuenta que este alimento está formado en un 90% por agua; hidratación total.
Además, esta fruta es un buen diurético y desintoxicante, ya que aumenta la producción de orina. Así pues, su consumo es recomendable para aquellas personas que padecen cálculos renales, ácido úrico, hipertensión y otras enfermedades que provoquen retención de líquidos.
Por otro lado, también tiene propiedades antioxidantes, por lo que tomarla disminuye el riesgo de sufrir enfermedades muy diversas. Por su alto contenido de vitamina A -en forma de carotenos- y de licopeno, esta fruta es un potente antioxidante.
Y es que más allá de su agradable y dulce sabor, la sandía es un aliado perfecto para cuidar nuestro cuerpo y combatir el calor veraniego.