Resetea tu apetito, ¿Qué lo controla?

El equilibrio correcto de las hormonas nos va a ayudar a regular nuestro peso, manteniéndonos en un peso saludable. Te explicamos cómo.

No hay nada en nuestro organismo que funcione ni se regule al azar, todos los órganos y estímulos funcionan en consonancia. Por lo tanto, el apetito no iba a ser menos. La sensación de hambre y saciedad está regulada por dos hormonas: la Grelina (señal de hambre) y la Leptina (señal de saciedad). Se ha estudiado en profundidad la relación de ambas hormonas en personas con obesidad. En estas se ve claramente como los niveles están alterados, provocando que no se regule correctamente la señal de saciedad, y que sería consecuencia directa de altas ingestas de alimentos.

Centrándonos en la Leptina, esta es la hormona que regula la señal de saciedad y  la que mantiene el balance energético en el cuerpo al regular el hambre de diferentes maneras. Esta hormona se segrega en el tejido adiposo en respuesta al consumo de alimentos, indicando al cerebro que llegado un momento, debe parar de comer, puesto que se ha ingerido energía suficiente.

Te damos algunos tips para ayudar a que tus niveles de leptina se mantengan correctos y así tener mejores resultados:

• Reduce el consumo de azúcares: el alto consumo de azúcares a través de productos procesados alteran los niveles de esta hormona. Esto se debe a que produce cierta resistencia a su función, de manera que no actúa de manera correcta.
• Descansa: tendemos a dejarnos llevar por el ritmo frenético de nuestras vidas, trabajo, problemas personales, vida social... y no prestamos suficiente atención a un descanso mínimo y reparador. El cuerpo se rige por ciclos de día y noche, y la regulación de varias hormonas que comprometen nuestro gasto calórico, el metabolismo, se ven afectadas si no se descansa. La falta de sueño se ha relacionado con niveles bajos de leptina.
• Evita dietas extremadamente restrictivas: el cuerpo es sabio, y cuando lo sometes a estados de alta restricción calórica, produce menos leptina, por debajo de lo que debería, debido a la pérdida de grasa corporal. Esto hará que cuando comas, retrases el momento de sentir verdadera saciedad, habiendo ya consumido grandes cantidades de alimentos.