Un punto clave. La cañita de después de trabajar, la copa de vino de la cena o el vermuth del mediodía. Varios son los momentos en los que el alcohol aparece en las rutinas. Aunque no sea a diario, el consumo moderado de este tipo de bebida está normalizado.
Sin embargo, la realidad es que la ingesta de esta substancia no nos aporta ningún beneficio real para la salud. Más allá de ser una fuente calórica importante, el alcohol no tiene ningún otro valor nutricional. De hecho, cada vez que tomamos alguna bebida alcohólica, ingerimos una alta cantidad de azúcar, pero nada más.
Por ello, al iniciar la gran mayoría de dietas, uno de los requisitos fundamentales es alejar el alcohol de nuestro día a día. Y es que evitar tomar este tipo de bebida te ayudará a perder peso y también aportará otros beneficios a tu organismo.
Así pues, si dejamos atrás el alcohol –o lo limitamos a ocasiones muy muy especiales-, tu cuerpo te lo agradecerá. ¿Por qué? Es simple: dejarás de tomar un producto que aporta calorías vacías y que su valor nutricional es puramente anecdótico.
De este modo, debes tener en cuenta que, de promedio, una copa de vino contiene más de 125 calorías, mientras que una cerveza asciende hasta las 150 calorías. En definitiva, una fuente calórica importante que si la liquidas de tu dieta, te ayudará a perder peso.
Ahora bien, más allá del adelgazamiento, ten presente que suprimir las bebidas alcohólicas de tu rutina mejorará tus niveles de hidratación y reducirá el riesgo de sufrir diversas enfermedades cardíacas, hepáticas, digestivas, etc. Más saludable en todos los sentidos. ¡Toma nota!