Elaborar un bizcocho es muy sencillo, pero más sencillo resulta comerlo y saborearlo, lo malo es que comer un trozo de bizcocho que ronde los 100 gramos puede aportar hasta 300 Kcal, aproximadamente lo que supone una comida principal de nuestro día.
Pero no se trata solo de eso, sino que también del azúcar, pues contiene un volumen considerable, que junto con la grasa forman los ingredientes principales del bizcocho.
Veamos que sucede con estos componentes:
El azúcar: cuando entra en tu organismo, al ser un azúcar simple es absorbido fácilmente por el organismo, y aporta calorías vacías, es decir, no proporcionar ningún tipo de nutriente más. Se genera así un subidón de energía, para posteriormente generarse un bajada de azúcar rápida. Este breve pico de glucosa vendrá seguido de una caída de azúcar en sangre, consiguiendo generar hambre poco tiempo después de haberlo ingerido. En personas sanas se relaciona con el aumento de peso, ya que el exceso de estos azúcares, son almacenados, en niños puede llegar a producir hiperactividad.
La grasa: principalmente nos encontramos con grasas de mala calidad, como grasas trans o hidrogenadas. El consumo de estas hace que aumente el colesterol malo, que se incremente las enfermedades cardiovasculares, y que haya una mayor incidencia de diabetes. Este último se relaciona con las grasas, porque estas son las que se presentan mayormente en el tipo de bollería como los bizcochos, donuts, pasteles...