Tienes que escuchar a tu cuerpo y ver qué le apetece, puedes tomar fruta, algún lácteo o bebida vegetal que te guste, un batido casero, unas tostadas de pan integral con tomate o con lo que te guste... aunque no tienes que fijarte únicamente en las calorías del desayuno, sino en el total del día, y que siempre provenga de alimentos saludables.