Durante el embarazo se pueden aumentar entre 10 y 15 kilos, que dependerá del peso inicial de la gestante. Tras el parto, se pierde gran volúmen, pero pueden quedar algunos kilos de más. Esta situación no debe quitar el sueño ni tornarse una tortura, ya que como para todo, hay que tener paciencia.
Entre las amplias ventajas que podemos encontrar acerca de la lactancia, nos encontramos con que la producción de leche aumenta nuestro gasto energético, y esta energía se puede aprovechar de las reservas extras que se han acumulado. Y es que hay estudios que comprueban que aquellas madres que dan el pecho recuperan su peso más rápido y mientras más se prolongue la lactancia mayor será esta pérdida de peso, siendo mayor a partir del tercer mes de dar el pecho.
Y es que la recuperación del peso previo al embarazo no tiene más misterio que seguir una alimentación equilibrada, con un mayor consumo de alimentos frescos vegetales, legumbres, grasas saludables a través de frutos secos, aceite de oliva virgen extra o frutas como el aguacate, aumento de consumo de frutas frescas y de temporada, carnes magras, lácteos y huevos y menor consumo de productos procesados, altos en sal, grasas saturadas y azúcares.
Si quieres recuperar tu figura previa al embarazo y estás dando el pecho, ya has comenzado ayudando a tu organismo a recuperarse, añade buenos hábitos alimentarios y la práctica habitual de ejercicio y tendrás el trabajo hecho. Pero no olvides que requiere tiempo y paciencia.