La bollería industrial y su relación con niños

Hoy en día casi sin darnos cuenta la bollería industrial constituye la base de la alimentación de nuestros hijos. ¿Sabes lo que esto implica en su salud y hábitos?

Entrar al super y no salir con algo de bollería en la mano es todo un reto hoy en día. Del mismo modo que fácilmente podemos encontrarla en la despensa de cualquier casa. La mayoría de las veces forma parte de una de las comidas principales, como es el desayuno, o meriendas, más allá de los típicos snacks o postres. Es lo que denominamos ambiente obesogénico.

Por lo tanto, podemos afirmar que hay una tendencia general a consumir un exceso de bollería industrial hoy en día. No es extraño encontrarnos con casos de niños que llevan en su mochila galletas o bollos para el recreo, y que además para desayunar toman cereales azucarados, leche con galletas o un croissant (muchas veces con chocolate). La excusa más común en esos casos es la falta de tiempo, y la comodidad de no pararse a tostar un pan de calidad.

Esto hace que se adquieran ciertos hábitos que junto al sedentarismo conllevan a un exceso de peso en los niños. Además de que pueden conducir a diabetes, colesterol, hipertensión… Problemas que no se adquieren por consumir de vez en cuando productos de tipo bollería industrial, sino por comerlos de manera continuada, desplazando otros alimentos más saludables.

Por lo tanto, te invitamos a que no solo hagas un consumo responsable de estos productos, sino que también lo inculques en los más pequeños. Si bien lo mejor es eliminarlos de nuestra alimentación, y tomar en su lugar más cantidad de frutas y verduras frescas. Productos lejos de la bollería industrial y sus azúcares añadidos, que junto a ejercicio físico diario harán que en casa haya una visión de la alimentación y vida sana, colaborando a evitar un peso excesivo en los más pequeños y problemas de bienestar.