Lo primero que hay que saber es que estos alimentos son ricos en hidratos de carbono, vitaminas del grupo B y E, además de estar repletos de minerales como hierro, magnesio, potasio y calcio. Lo que también es cierto es que según la OMS (Organización Mundial de la Salud) se recomienda un consumo de 50-55 % de hidratos de carbono al día, y que por lo tanto deben estar distribuidos en desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Siempre dentro de una dieta equilibrada.
Así que ya podemos decir que la creencia de que los cereales no se puedan incluir en las cenas porque engordan, es un mito. No existe un momento idóneo en el transcurso del día para tomarlos. Pero también es cierto que los cereales se deben consumir en sus cantidades diarias recomendadas y no más.
Para finalizar puntualizar que una cena debe ser ligera y de fácil digestión, ya que se trata de la última comida del día, y por lo tanto debe favorecer nuestro descanso. Una cena que contenga cereales, proteínas y fruta, puede ser el aliado perfecto para completar tu día y aportar los nutrientes que no has tomado durante el resto del día.