En los últimos meses, el aceite de palma se ha convertido en un tema que ha suscitado mucho interés y debate en nuestro país. Sin embargo, la realidad es que desde hace tiempo este producto es el aceite más utilizado del mundo. Por delante del de soja o el de colza, el de palma es la joya de la corona.
Producido a partir de los frutos de la palma africana, este aceite es una materia prima usada globalmente para elaborar distintos productos, especialmente alimentos procesados. Tanto es así que es utilizado abundantemente en la industria, ya que es barato y tiene unas características muy útiles para los procesos de fabricación.
Ahora bien, cierto es que en los últimos tiempos ha tenido mala fama nivel nutricional, puesto que tiene una elevada cantidad de grasa saturada –especialmente ácido palmítico-. Este hecho se ha visto agraviado recientemente por la infinidad de noticias que han criticado el aceite de palma duramente.
Todo este furor ha beneficiado a otro producto: la tradicional mantequilla. El consumo de este producto ha crecido como la espuma, ya que grandes corporaciones han decidido sustituir éste aceite por mantequilla. Todo ello ha revalorizado el precio de la mantequilla. Está de nuevo de moda.
Sin embargo,dietistas-nutricionistas aseguran que el problema de salud no está en este producto en concreto, sino en el hecho de comer productos ultraprocesados en general. Y es que tanto el consumo de aceite de palma como el de mantequilla, dentro de un contexto saludable, no derivará en efectos negativos para su salud. No obstante, se recomienda limitar el consumo de los productos que lo contienen, evitando que un consumo puntual se convierta en habitual.