En el caso de las dietas, en la mayoría se suele eliminar el pan o productos elaborados con granos de trigo de la alimentación. Y en el caso de las patologías, de cierta forma no es mentira que en los últimos años se han descubierto que hay no poca gente que se ve afectada al consumir productos que provienen del grano de trigo. Estos les causan efectos negativos como náuseas, vómitos, hinchazón de estómago…
Pero no se ha de olvidar que esto solo sucede en determinadas personas, y en todas aquellas que están sanas, que no tengan intolerancia al trigo, realmente resulta contraproducente eliminarlo. Ya que estas privando a tu cuerpo de un alimento que está cargado de nutrientes, y que favorece nuestra digestión y tránsito intestinal.
El trigo es rico en fibra insoluble, lo que favorece el tránsito intestinal, evitando periodos de estreñimiento y cáncer de colon. Si bien se usa principalmente en la elaboración del pan y pastas, no implica que sea un alimento que “engorda”.
Debemos tomar un mínimo de 30 gr de fibra al día, por lo que una forma de ayudarnos a conseguir el objetivo es consumir productos procedentes del trigo, eso sí, INTEGRAL.
De entre sus nutrientes debemos destacar su contenido en vitaminas del grupo B y E, y oligoelementos como el magnesio. Pero sobre todo debemos hablar de su contenido calórico, que procede principalmente de los hidratos de carbono complejos (si es integral), proporcionando mayor saciedad y controlando las calorías de más que podamos consumir.
Por lo tanto, no te prives de comer productos que contengan trigo, pero ¡eso sí! debes tomarlo en su justa medida.