El primer paso es introducir en tu dieta diaria alimentos de todos los grupos (frutas, verduras y hortalizas, legumbres, cereales integrales, carnes y pescados, leche y derivados, huevos, frutos secos y frutas desecadas), en caso de que esto no ocurriese de antemano. Lo siguiente sería elegir en qué proporción está cada uno respecto al total de lo que comemos.
Por ejemplo, en la mayoría de gente unas 4 raciones (una mano cerrada llena) de frutos secos y otras 4 raciones de frutas desecadas a la semana sería una buena cantidad. En el caso de personas que pretenden ganar peso, se podría subir a 1 de éstas raciones por día.
Otro aspecto que debemos cuidar sería el número de comidas al día. Es muy típico que las personas que quieren ganar peso sean bastante nerviosas. Ésto hace que en muchas ocasiones no sientan la necesidad de comer, lo que provoca que se salten comidas. Ésto no ayuda nada, ya que evitamos así poner una rutina necesaria, impidiendo que podamos incluir todos los alimentos que hemos mencionado antes en la dieta.
De manera que se puede decir que una buena idea para mejorarlo puede ser hacer cada comida del día a la misma hora si puede ser (si varía un poquito no pasa absolutamente nada), en un ambiente relajado y evitando las prisas. La combinación nervios + prisas nunca ha funcionado bien en ningún aspecto de la vida.
No perdamos de vista la posibilidad de que lo que ocurre sea un problema hormonal, como el hipertiroidismo. En caso de sospecha, la mejor opción es hacerse un test hormonal para enfrentarse al problema cuanto antes.