El ritmo de vida, el estrés, el trabajo, la falta de tiempo y en consecuencia la búsqueda de lo rápido, nos lleva a comer cosas hechas o que llevan poco tiempo de cocinar. Pero debemos recordar que la comida no solo debe llenar nuestro estómago, sino que además debe alimentarnos y aportarnos los nutrientes que nos ayuden a equilibrar nuestro organismo.
Desde este artículo te invitamos a que cambies ciertos hábitos y que pruebes a elaborar tus propias recetas rápidas, para tenerlas listas para consumir.
Por ejemplo hacer una ensalada en tarro de cristal es muy simple y vistoso, podemos hacer combinaciones múltiples para tener cada día resultados diferentes y cargados de nutrientes.
Por todo eso te proponemos una idea diferente:
En la base: agrega el aliño, aceite de oliva virgen extra o una vinagreta.
Primera capa: corta en rodajas o en cuadraditos pequeños alguna verdura dura, como calabacín, pepino, rábanos, judías verdes, zanahoria…
Segunda capa: verduras blancas, como tomates, brotes verdes, champiñones…
Tercera capa, proteínas: aquí puedes jugar con combinaciones de varias opciones, como legumbres, tofu, germinados de cualquier tipo, huevos (si los consumes), seitán, soja texturizada...
Quinta capa, crujiente: añade frutos secos y/o semillas para darle un plus nutritivo a tu ensalada vertical, además de darle un punto chasqueante que lo hará mucho más interesante.
Porque también se come por la vista, con la ensalada vertical estarás aportando múltiples nutrientes a tu cuerpo y a la vez tentarás a tus sentidos.