El caso es que si eres de los que haces deporte después de un duro día de trabajo, primero haces el entrenamiento, luego cenas y después te sientas en el sofá, cuando por fin te relajas tienes la adrenalina por las nubes. Por lo tanto conciliar un sueño profundo puede ser más complicado.
Hacer deporte eleva el nivel de adrenalina, el ritmo cardiaco, la temperatura corporal, etc… si además incluyes la cena, que requiere energía para la digestión y aumenta la temperatura, cuando realizas estas dos actividades justo antes de dormir, puede que te sea difícil conciliar el sueño o que no consigas un sueño profundo y reparador. Por ello se aconseja un margen de dos horas entre cualquier actividad y echarse a dormir.
En lo que se refiere a realizar ejercicio antes de dormir, puede resultar un tema un poco controvertido, ya que hay personas que tienen comprobado que el deporte les ayuda a relajarse mejor y conciliar el sueño. Por lo que si ese es tu caso, simplemente te recomendamos que apuestes por una cena ligera que incluya alimentos sencillos, y que requieran poco tiempo de digestión.