Con la llegada de la primavera y los cambios bruscos de temperatura, necesitamos ajustar nuestra dieta y fortalecer nuestro organismo en todos los aspectos. De aquí la importancia de los arándanos en esta época.
Crecen en un arbusto también diminuto que produce estas bayas de color intenso, que pueden ser de color azul o rojo. La pulpa es jugosa, agridulce y muy aromática.
Su uso alimentario estaba bastante limitado ya que únicamente se usaba en platos suculentos o en rellenos de pasteles y tartas. Sin embargo, en los últimos años después de haber sido objeto de diversos estudios se ha popularizado su consumo. Ahora puedes encontrarlo en su forma natural, zumos, batidos, ensaladas, cremas…
Destacan su aporte calórico, ya que apenas alcanzan las 30kcal por 100gramos de producto. Además casi el 90 % es agua, siendo especialmente ricas en vitamina C, potasio, calcio, hierro, y son una buena fuente de fibra. Pero por lo que realmente se caracteriza estos frutos es por su elevado contenido en pigmentos llamados antocianos1. Los responsables de su color y que tienen carácter antioxidante: evitan la oxidación y el envejecimiento de nuestras células.
Fuentes:
1 Fundación española del corazón. España. Disponible en: https://fundaciondelcorazon.com/corazon-facil/blog-impulso-vital/2526-arandanos-fresas-proteger-corazon.html