Leer la etiqueta del producto es la única forma de asegurarnos que lo que compramos es realmente lo que queremos. Esto sucede porque un producto es lo que es por los ingredientes de los que está hecho, y no por lo que parece visualmente1.
Los ingredientes que aparecen primero en la lista de la etiqueta, son los que contiene mayoritariamente, y por extensión, los situados en última posición son los que aparecen en menor grado2. Por ejemplo, unos cereales en los que aparezca el azúcar en los primeros puestos, no serán todo lo sanos que pudiéramos creer.
No hay que fiarse de los slogans, ya que muchas veces responden a una estrategia de marketing, tratando de camuflar ciertos ingredientes con un buen eslogan. Por ejemplo, en muchos productos puede aparecer que está elaborado con aceite de oliva virgen 100% pero cuando lees la letra pequeña, te das cuenta que está elaborado con aceite de girasol o de palma. Sólo en una pequeña proporción se encontraría el aceite de oliva, o simplemente en una parte del proceso de elaboración se ha usado el aceite de oliva, pero en realidad su ingrediente principal es el aceite de girasol o de palma.
Por ello te queremos mostrar 3 alimentos que parecen algo que no son:
Atender a las etiquetas nutricionales implica ciertamente invertir más tiempo en la compra, pero hoy en día, ante la industrialización de la alimentación, es muy importante. Tu salud lo agradecerá.
Fuentes:
1Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN). Información alimentaria facilitada al consumidor. Ministerio de Consumo [citado el 20 de julio de 2020]. Disponible en: http://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/web/seguridad_alimentaria/detalle/etiquetado_informacion_alimentaria.htm
2Organización de Consumidores y Usuarios [Internet]. OCU ediciones. S.A. 2012 septiembre. El etiquetado de los alimentos [citado el 20 de junio de 2020]. Disponible en: https://www.ocu.org/alimentacion/alimentos/informe/el-etiquetado-nutricional-de-los-alimentos391924